Carta en defensa de las instituciones, la legalidad y la democracia
El 2 de julio millones de mexicanos fuimos a las urnas para elegir al Congreso de la Unión y al Presidente de la República. En diez estados hubo comicios locales: elegimos a tres gobernadores y al Jefe de Gobierno del Distrito Federal, con sus respetivos congresos locales y decenas de ayuntamientos.
Fueron elecciones auténticas entre partidos y candidatos plurales. Ninguna fuerza política ganó todo y ninguna perdió todo. Nuestra votación nos obliga a vivir y convivir en la pluralidad.
La convivencia y la competencia política civilizadas son el principio y el fin de la democracia. Este es el valor que hoy deseamos refrendar, preocupados por un clima público que puede erosionar lo que tanto trabajo ha costado construir.
Quienes firmamos este documento hemos votado por diferentes candidatos y partidos, pero nos unen las siguientes convicciones que creemos son la base para una coexistencia de la diversidad política tolerante y productiva:
1. Todas las fuerzas que participaron en la elección son legítimas. Expresan las propuestas y esperanzas de diferentes franjas de la sociedad. Esa diversidad es una riqueza que debe preservarse. Las elecciones son el único método que garantiza que sean los ciudadanos los que decidan quiénes deben gobernar y legislar.
2. Durante las campañas sobraron descalificaciones, pero la jornada del 2 de julio fue ejemplar por la participación ordenada de más de 42 millones de votantes. Fueron instaladas prácticamente todas las casillas por más de 500 mil ciudadanos sorteados y capacitados por el IFE. Todo ello transcurrió con normalidad. Reconocemos al IFE, más allá de errores puntuales, por su eficacia en la organización de esta tarea gigantesca. Refrendamos nuestra confianza en su imparcialidad y en su independencia.
3. Hemos elegido un Congreso plural donde ningún partido tendrá mayoría absoluta de votos; habrá gobernadores de diferentes partidos, congresos locales y ayuntamientos habitados por la variedad de las opciones políticas. Celebramos que la pluralidad política del país quedó genuinamente expresada en la elección del 2 de julio.
4. Las elecciones siguen probando que son el canal legítimo para la expresión de las más profundas inquietudes de una sociedad compleja como la mexicana. El espectacular crecimiento de la izquierda en estas elecciones confirma que es a través del sufragio como las distintas fuerzas políticas pueden expandir su influencia e insertar sus propuestas en la agenda nacional.
5. Existe, sin embargo, una aguda controversia en torno a la limpieza y validez de la elección presidencial. Quienes firmamos este documento hemos seguido los argumentos y pruebas presentadas en el litigio. No encontramos evidencias firmes que permitan sostener la existencia de un fraude maquinado en contra o a favor de alguno de los candidatos. En una elección que cuentan los ciudadanos puede haber errores e irregularidades, pero no fraude.
6. Los partidos y candidatos tienen el derecho de acudir al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para hacer valer sus inconformidades. Esa es la ruta diseñada para atender dudas, quejas o conflictos electorales. No se pueden erradicar por completo los diferendos en materia electoral. Pero a lo largo de los últimos diez años todos ellos han sido resueltos a través de la vía jurisdiccional. Una vez que el Tribunal ha resuelto, se han terminado todos los conflictos.
7. No debemos alimentar una espiral de crispación y alarma. No inyectemos elementos que envenenen el ambiente político, no enfrentemos a los adversarios como si se tratara de enemigos. Edifiquemos un clima que refuerce la convivencia política en la diversidad.
8. Refrendamos nuestra confianza en el Tribunal Electoral. Es la última y definitiva voz autorizada para desahogar el diferendo en torno a la elección presidencial. No queda sino respetar la resolución del Tribunal.
9. Nuestras instituciones electorales son un patrimonio público que nadie debe lesionar. Son el soporte de una de las libertades fundamentales que los mexicanos hemos conseguido en estos años: la libertad de votar y ser votados sin que nadie manipule nuestro mandato.
Adrián Acosta Silva
Larissa Adler-Lomnitz
Luis Miguel Aguilar
Héctor Aguilar Camín
José Antonio Aguilar Rivera
Sealtiel Alatriste
Eliseo Alberto
Jorge Alcocer
Enrique Alduncin
Ignacio Almada
Asunción Álvarez
Francisco Javier Aparicio
Antonella Attili
Roger Bartra
Eduardo Barzana
Ricardo Becerra
Humberto Beck
Ulises Beltrán
Edmundo Berumen
José Joaquín Blanco
Edmundo Calva
Salvador Camarena
Enrique Canales
Julia Carabias
Emmanuel Carballo
Miguel Carbonell
María Amparo Casar
Jorge G. Castañeda
Marina Castañeda
Adolfo Castañón
Ricardo Cayuela
Santiago Corcuera Cabezut
Lorenzo Córdova
Ramón Cota Meza
Israel Covarrubias
José Luis Cuevas
Leonardo Curzio
Luis de la Barreda Solórzano
José Antonio de la Peña
Germán Dehesa
Roberto Diego Ortega
Christopher Domínguez Michael
Denise Dresser
Irene Durante Montiel
Juan Eibenschutz
Roberto Eibenschutz
Ricardo Elías
Álvaro Enrique
Fernando Escalante Gonzalbo
Beatriz Espejo
Guillermo Fadanelli
Fátima Fernández Christlieb
Jorge Fernández Meléndez
Héctor Fix Zamudio
Enrique Florescano
Fernando García Ramírez
Luis Emilio Giménez Cacho
David Gómez-Álvarez
Luis González de Alba
José Antonio González de León
Olbeth Hansberg
Carlos Heredia
Claudio Isaac
Ángel Jaramillo
Fuad Juan
Gerardo Kleinburg
Enrique Krauze
León Krauze
Mario Lavista
Soledad Loaeza
Cassio Luiselli
Ángeles Mastretta
Álvaro Matute
Samuel Melendrez Luévano
Víctor Manuel Mendiola
Mauricio Merino
Jean Meyer
Pedro Meyer
Mario J. Molina
Silvia Molina
Ciro Murayama
Humberto Murrieta
Benito Nacif
Enrique Norten
Octavio Novaro
Federico Novelo
Joel Ortega Juárez
Antonio Ortiz Mena López Negrete
Pablo Ortiz Monasterio
Ignacio Padilla
Guillermo Palacios y Olivares
Pedro Ángel Palou
David Pantoja Morán
Julio Patán
Braulio Peralta
Rafael Pérez Gay
Rafael Pérez Pascual
Jacqueline Peschard
Ernesto Piedras
Jean-Francois Prud'homme
Ricardo Raphael
Román Revueltas Retes
Federico Reyes Heroles
Jorge Javier Romero
Alejandro Rossi
Luis Rubio
Pablo Rudomín
Daniel Sada
Luis Salazar
Pedro Salazar Ugarte
José Sarukhán
Cecilia Sayeg
Guillermo Sheridan
Isabel Silva Romero
Carlos Sirvent
Guillermo Soberón
Fernanda Solórzano
Beatriz Solís Leree
Jaime Tamayo
Ricardo Tapia
Carlos Tello Díaz
Raúl Trejo Delarbre
Julio Trujillo
Isabel Turrent
Guillermo Valdés Castellano
Eduardo Valle
Josefina Zoraida Vásquez
Rodolfo Vázquez
Xavier Velasco
Diego Villaseñor
José Warman
José Woldenberg
Ramón Xirau
Gina Zabludovsky
Fernando Zertuche
Leo Zuckermann
Fueron elecciones auténticas entre partidos y candidatos plurales. Ninguna fuerza política ganó todo y ninguna perdió todo. Nuestra votación nos obliga a vivir y convivir en la pluralidad.
La convivencia y la competencia política civilizadas son el principio y el fin de la democracia. Este es el valor que hoy deseamos refrendar, preocupados por un clima público que puede erosionar lo que tanto trabajo ha costado construir.
Quienes firmamos este documento hemos votado por diferentes candidatos y partidos, pero nos unen las siguientes convicciones que creemos son la base para una coexistencia de la diversidad política tolerante y productiva:
1. Todas las fuerzas que participaron en la elección son legítimas. Expresan las propuestas y esperanzas de diferentes franjas de la sociedad. Esa diversidad es una riqueza que debe preservarse. Las elecciones son el único método que garantiza que sean los ciudadanos los que decidan quiénes deben gobernar y legislar.
2. Durante las campañas sobraron descalificaciones, pero la jornada del 2 de julio fue ejemplar por la participación ordenada de más de 42 millones de votantes. Fueron instaladas prácticamente todas las casillas por más de 500 mil ciudadanos sorteados y capacitados por el IFE. Todo ello transcurrió con normalidad. Reconocemos al IFE, más allá de errores puntuales, por su eficacia en la organización de esta tarea gigantesca. Refrendamos nuestra confianza en su imparcialidad y en su independencia.
3. Hemos elegido un Congreso plural donde ningún partido tendrá mayoría absoluta de votos; habrá gobernadores de diferentes partidos, congresos locales y ayuntamientos habitados por la variedad de las opciones políticas. Celebramos que la pluralidad política del país quedó genuinamente expresada en la elección del 2 de julio.
4. Las elecciones siguen probando que son el canal legítimo para la expresión de las más profundas inquietudes de una sociedad compleja como la mexicana. El espectacular crecimiento de la izquierda en estas elecciones confirma que es a través del sufragio como las distintas fuerzas políticas pueden expandir su influencia e insertar sus propuestas en la agenda nacional.
5. Existe, sin embargo, una aguda controversia en torno a la limpieza y validez de la elección presidencial. Quienes firmamos este documento hemos seguido los argumentos y pruebas presentadas en el litigio. No encontramos evidencias firmes que permitan sostener la existencia de un fraude maquinado en contra o a favor de alguno de los candidatos. En una elección que cuentan los ciudadanos puede haber errores e irregularidades, pero no fraude.
6. Los partidos y candidatos tienen el derecho de acudir al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para hacer valer sus inconformidades. Esa es la ruta diseñada para atender dudas, quejas o conflictos electorales. No se pueden erradicar por completo los diferendos en materia electoral. Pero a lo largo de los últimos diez años todos ellos han sido resueltos a través de la vía jurisdiccional. Una vez que el Tribunal ha resuelto, se han terminado todos los conflictos.
7. No debemos alimentar una espiral de crispación y alarma. No inyectemos elementos que envenenen el ambiente político, no enfrentemos a los adversarios como si se tratara de enemigos. Edifiquemos un clima que refuerce la convivencia política en la diversidad.
8. Refrendamos nuestra confianza en el Tribunal Electoral. Es la última y definitiva voz autorizada para desahogar el diferendo en torno a la elección presidencial. No queda sino respetar la resolución del Tribunal.
9. Nuestras instituciones electorales son un patrimonio público que nadie debe lesionar. Son el soporte de una de las libertades fundamentales que los mexicanos hemos conseguido en estos años: la libertad de votar y ser votados sin que nadie manipule nuestro mandato.
Adrián Acosta Silva
Larissa Adler-Lomnitz
Luis Miguel Aguilar
Héctor Aguilar Camín
José Antonio Aguilar Rivera
Sealtiel Alatriste
Eliseo Alberto
Jorge Alcocer
Enrique Alduncin
Ignacio Almada
Asunción Álvarez
Francisco Javier Aparicio
Antonella Attili
Roger Bartra
Eduardo Barzana
Ricardo Becerra
Humberto Beck
Ulises Beltrán
Edmundo Berumen
José Joaquín Blanco
Edmundo Calva
Salvador Camarena
Enrique Canales
Julia Carabias
Emmanuel Carballo
Miguel Carbonell
María Amparo Casar
Jorge G. Castañeda
Marina Castañeda
Adolfo Castañón
Ricardo Cayuela
Santiago Corcuera Cabezut
Lorenzo Córdova
Ramón Cota Meza
Israel Covarrubias
José Luis Cuevas
Leonardo Curzio
Luis de la Barreda Solórzano
José Antonio de la Peña
Germán Dehesa
Roberto Diego Ortega
Christopher Domínguez Michael
Denise Dresser
Irene Durante Montiel
Juan Eibenschutz
Roberto Eibenschutz
Ricardo Elías
Álvaro Enrique
Fernando Escalante Gonzalbo
Beatriz Espejo
Guillermo Fadanelli
Fátima Fernández Christlieb
Jorge Fernández Meléndez
Héctor Fix Zamudio
Enrique Florescano
Fernando García Ramírez
Luis Emilio Giménez Cacho
David Gómez-Álvarez
Luis González de Alba
José Antonio González de León
Olbeth Hansberg
Carlos Heredia
Claudio Isaac
Ángel Jaramillo
Fuad Juan
Gerardo Kleinburg
Enrique Krauze
León Krauze
Mario Lavista
Soledad Loaeza
Cassio Luiselli
Ángeles Mastretta
Álvaro Matute
Samuel Melendrez Luévano
Víctor Manuel Mendiola
Mauricio Merino
Jean Meyer
Pedro Meyer
Mario J. Molina
Silvia Molina
Ciro Murayama
Humberto Murrieta
Benito Nacif
Enrique Norten
Octavio Novaro
Federico Novelo
Joel Ortega Juárez
Antonio Ortiz Mena López Negrete
Pablo Ortiz Monasterio
Ignacio Padilla
Guillermo Palacios y Olivares
Pedro Ángel Palou
David Pantoja Morán
Julio Patán
Braulio Peralta
Rafael Pérez Gay
Rafael Pérez Pascual
Jacqueline Peschard
Ernesto Piedras
Jean-Francois Prud'homme
Ricardo Raphael
Román Revueltas Retes
Federico Reyes Heroles
Jorge Javier Romero
Alejandro Rossi
Luis Rubio
Pablo Rudomín
Daniel Sada
Luis Salazar
Pedro Salazar Ugarte
José Sarukhán
Cecilia Sayeg
Guillermo Sheridan
Isabel Silva Romero
Carlos Sirvent
Guillermo Soberón
Fernanda Solórzano
Beatriz Solís Leree
Jaime Tamayo
Ricardo Tapia
Carlos Tello Díaz
Raúl Trejo Delarbre
Julio Trujillo
Isabel Turrent
Guillermo Valdés Castellano
Eduardo Valle
Josefina Zoraida Vásquez
Rodolfo Vázquez
Xavier Velasco
Diego Villaseñor
José Warman
José Woldenberg
Ramón Xirau
Gina Zabludovsky
Fernando Zertuche
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